Herramientas Códigos QR Introducción

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Uso de Códigos QR en procesos educativos

Juan Carlos López García

Un código QR (Quick Response Code o Código de Respuesta Rápida) es una matriz bidimensional de cuadrados que funciona de manera similar a un código de barras. Fue creado en 1994 por la compañía japonesa Denso Wave con el objetivo de lograr un código con mayor velocidad de lectura y capacidad de almacenamiento que los códigos de barras impresos en la mayoría de los productos comerciales actuales (almacena hasta 7.089 caracteres numéricos o 4.269 caracteres alfanuméricos).


Código QR para la URL de la portada de Eduteka (generado con QR-Code)

Este código contiene texto alfanumérico, por lo que se los utiliza muy a menudo para guardar direcciones URL que dan acceso directo a información o a sitios de Internet. Precisamente, la práctica conocida como “Etiquetado Móvil” (mobile tagging) se basa en las posibilidades que ofrece los códigos QR.  Desde el punto de vista técnico, los tres cuadrados de las esquinas permiten que la aplicación lectora de códigos QR detecte la posición del código.

Actualmente hay cientos de aplicaciones para leer códigos QR con dispositivos móviles tales como teléfonos celulares y tabletas (ver la sección Software de este artículo). Con la cámara del dispositivo móvil se captura el código QR y la aplicación se encarga de interpretarlo y decodificarlo. Este tipo de código se encuentra cada vez con mayor frecuencia en productos comerciales, posters, boletos, obras de arte y libros; esto invita a las personas a que utilicen su teléfono inteligente para capturar el código y decodificar la información en forma de URL, direcciones georeferenciadas, dirección de correo electrónico, texto, mensaje de texto, red WiFi, tarjeta de presentación o medio de pago digital (PayPal).

Muchos fabricantes incluyen en los empaques de sus productos códigos QR que enlazan páginas de Internet con información adicional sobre el producto, foros de discusión, encuestas de satisfacción, etc. Quien compra un producto o piensa comprarlo, en lugar de digitar en su teléfono inteligente una dirección de internet, simplemente captura el código QR con la cámara y accede a la información de manera automática. Leer códigos QR requiere un dispositivo móvil con cámara fotográfica, tener instalada una aplicación lectora de códigos y disponer de acceso inalámbrico a Internet o plan de datos.    

Con respecto a esta disponibilidad, según la UIT, organismo de la ONU especializado en Telecomunicaciones, para finales de 2015 habrá 7.085 millones de abonados a telefonía móvil en el mundo. De estos, 3.459 incluirán servicios de acceso a Internet de banda ancha. Esta cifra indica que al menos el 49% de los teléfonos celulares activos a final de 2015, en el mundo, corresponderán a los llamados “inteligentes” que permiten no sólo conectarse a Internet sino que incluyen entre sus características una cámara digital. Adicionalmente, la disponibilidad de tabletas con cámara y capacidad de acceso a Internet vía WiFi ó 3G/4G, va en aumento en las Instituciones Educativas. Estos dos hechos aumentan las posibilidades de utilizar códigos QR en procesos educativos. 

En el ámbito educativo, este tipo de código tiene mucho potencial de uso dada la disponibilidad de herramientas gratuitas tanto para generar los códigos como para leerlos. Por otra parte, la variedad de tipos de información que puede contener un código QR también lo hace atractivo para usarlo en procesos educativos. Sin embargo, las aplicaciones más frecuentes "se centran en integrar elementos multimedia en las actividades docentes, incrementar la motivación del alumnado, facilitar el acceso a la información, crear actividades para niños y niñas con dificultades de lectura y escritura" [A]. Además, las actividades de aprendizaje pueden incluir tanto códigos generados por los docentes y utilizados por los estudiantes como generados por los estudiantes para que los usen sus compañeros de clase. En todo caso, el uso de códigos QR en procesos educativos está demostrando que tiene un impacto positivo en la motivación de los estudiantes y que su integración en las experiencias educativas se realiza de manera tangencial; esto es, los códigos QR, por sí mismos, no están en el centro de las actividades de aprendizaje, simplemente constituyen un recurso más [A].  

NOTAS:
[A] Meritxell Estebanell Minguell, Josefina Ferrés Font, Pere Cornellà Canals & David Codina Regàs (2012). Realidad Aumentada y códigos QR en Educación. Tendencias emergentes en educación con TIC, Barcelona: Asociación Espiral, Educación y Tecnología.