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Cómo se comunican los jóvenes en un mundo digital

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Cómo se comunican los jóvenes en un mundo digital

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CÓMO SE COMUNICAN LOS JÓVENES EN UN MUNDO DIGITAL

INTRODUCCIÓN
Son modernas cajas de resonancia, cámaras de eco. Eso son las redes sociales o las nuevas formas de comunicación social digital. Todo lo que escribimos, decimos, compartimos en ellas, se expande casi sin límites, como ocurre con el eco de nuestra voz en una cueva, que resuena y se extiende. De esa manera fluye por las redes sociales la información acerca de nuestras vidas y la vida de otros.

Las posibilidades de interconectividad e hiperconectividad propiciadas por estas plataformas de comunicación han cambiado las formas de relacionarnos, de compartir conocimiento, de formarnos e informarnos. En esta era de la no desconexión (END) (curioso acrónimo), las tecnologías, los buscadores, las redes sociales, los operadores han traído consigo un cambio que nos permite hablar, incluso, de una nueva forma de ciudadanía, la denominada ciudadanía digital.

Este contexto digital ha puesto al alcance de un inmenso número de personas la posibilidad de compartir conocimientos, producir contenidos y, en definitiva, participar activamente en todo lo relacionado con la comunicación social digital. Esta conexión permanente se ha integrado en nuestras vidas y forma parte de los actos más cotidianos. Una conexión que posiciona socialmente al individuo (dentro y fuera del mundo virtual) y que lleva a movilizarse en el mundo real o en el mundo virtual como no se podía imaginar hace poco tiempo.

Pero hay un aspecto importante que hay que tener en cuenta en este contexto comunicativo. Si tradicionalmente la formación y educación como ciudadanos e individuos de derecho ha recaído en agentes tradicionales de socialización como la familia y la escuela, las tecnologías de la información y la comunicación están trayendo consigo un cambio radical en ese proceso: los menores adquieren una parte importante de sus conocimientos y habilidades navegando por el mundo digital. Ahora bien, este conocimiento y habilidades giran en muchas ocasiones en torno a cuestiones de carácter más técnico (apretar determinados botones para que algo funcione) en los que tienen más competencia que sus padres. Y el mundo digital tiene una complejidad que requiere, necesariamente, un proceso educativo/formativo de la población infantil y juvenil que ayude a tener conciencia de las formas de participación y sus consecuencias.

Es en este momento en el que nos encontramos. Por un lado, se reclama desde muy diferentes ámbitos la necesidad de formar en un espíritu crítico a menores y jóvenes como principales usuarios de esta comunicación social digital. Por otro lado, vivimos en un tiempo que combina la posibilidad de acceder a cualquier información y conocimiento desde cualquier dispositivo casi en cualquier punto del planeta, con la posibilidad de ser activistas y participar en miles de causas justas, con una situación en la que el papel tradicional de emisor/receptor desdibuja sus fronteras y el receptor asume el papel de emisor de contenidos. Como último ingrediente, surge la necesidad evidente de formar a las nuevas generaciones en el desarrollo de una capacidad crítica y selectiva, y en unas habilidades gestoras de su tiempo y de su papel como ciudadano digital responsable.

Frente a los apocalípticos que hablan de infoxicación, de sobredosis comunicativa, y de conceptos que vaticinan un futuro oscuro para la convivencia social basándose en un uso desmedido de estas tecnologías, en nuestra opinión la propuesta pasa necesariamente por la educación. La educación ha sido un elemento clave para el avance de la sociedad en todas las épocas. En estos momentos, esa educación requiere formar en y para el correcto uso de las tecnologías, para el desarrollo de una actitud crítica y responsable ante las posibilidades infinitas de información y participación, de convivencia virtual y real, que nos proporcionan Internet y las redes sociales.

OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

El trabajo de investigación que aquí se presenta se propone identificar los comportamientos, actitudes y percepciones de los jóvenes asociadas a la participación en las nuevas formas de comunicación social digital. El objetivo se orienta a ofrecer un panorama descriptivo de la situación actual y una propuesta de acciones que puedan orientar a este grupo social hacia una participación responsable en las redes sociales con pleno conocimiento y formación de sus posibilidades y límites.

Pretende, asimismo, dar a conocer las posibilidades de alfabetización digital de los jóvenes y servir como marco de referencia tanto para sus progenitores como para todos aquellos sectores de la sociedad que trabajan con este colectivo, especialmente el profesorado, que encuentran grandes lagunas al proponer nuevas vías de formación, trabajo y participación online de manera constructiva.

En este contexto de cambio y rápida evolución de la realidad digital y de la necesidad de formación y socialización en estas herramientas, la denominada «movilidad» ocupa un lugar destacado en este estudio, ya que los jóvenes viven «conectados» a través de los dispositivos móviles, dispositivos que se convierten en fuente de acceso al diálogo, a la participación y al establecimiento de relaciones sociales a través de Internet. De hecho, los expertos ya no hablan de futuro sino del presente «móvil» porque los jóvenes se relacionan y participan en redes sociales a través de dispositivos que permiten una conexión sin límites temporales y espaciales.

Por lo tanto, la investigación pretende ofrecer un panorama de las diferentes dimensiones que tiene la comunicación social digital y la importancia de la educación/formación para conformar una ciudadanía digital preparada para abordar los retos tecnológicos, que desarrolle una percepción positiva de las oportunidades que ofrecen (más allá de las relaciones sociales), de manera que puedan hacer un uso constructivo y participativo de los mismos que favorezca a la sociedad en su conjunto.

Los objetivos específicos de la investigación son los siguientes:

  • Conocer cuál es la percepción de los jóvenes acerca de las posibilidades de participación en las nuevas formas de comunicación social digital
    La comunicación social está evolucionando muy rápidamente y es cada vez más móvil como consecuencia de la migración acelerada de los usuarios hacia dispositivos móviles (smartphones, tabletas) en los últimos años, y gracias a la movilidad y ubicuidad que permiten estos terminales. Esta misma movilidad es la que ha cambiado el concepto de redes sociales tal y como las conocíamos hasta ahora, de hecho se podría decir que cualquier aplicación que permita la comunicación entre los usuarios y el intercambio de información y contenidos entre los mismos puede considerarse una red social. Teniendo en cuenta esta realidad tan cambiante, el estudio se propone conocer la percepción por parte de los jóvenes de esta realidad así como las implicaciones sobre las posibilidades de participación en este nuevo entorno en el cual los patrones de uso de Internet difieren de los patrones tradicionales con acceso vía web, y donde se han modificado funcionalidades, lugares, tiempo y frecuencia de conexión, etcétera.
  • Exponer las posibilidades de Internet como herramienta de participación ciudadana basadas en el respeto mutuo y la acción social colectiva
    Las redes sociales han potenciado/incrementado la vida social online y offline de los jóvenes. El acceso a una mayor información proporcionada por su grupo de iguales a través de estas plataformas, su sentimiento de empatía y solidaridad con su entorno más cercano (característica intrínseca a la edad) y la sensación de pertenencia a una comunidad por el hecho de estar presente en las redes sociales online, podría llevar a este sector de la población a mostrar una actitud más activa hacia el asociacionismo como fórmula para alcanzar determinados objetivos.
  • Establecer las líneas de actuación y las medidas que sirvan para favorecer la participación positiva de los jóvenes en las redes sociales
    Las posibilidades de comunicación y participación de los jóvenes en las redes sociales son casi infinitas, pero es necesario llevar a cabo una serie de actuaciones enfocadas hacia la alfabetización digital de este sector de la población. Esa formación, basada en una información sobre sus derechos y obligaciones en las redes, conducirá a una participación más constructiva y positiva de esta generación web y a una mayor concienciación e implicación en temas políticos, sociales y/o culturales.
  • Identificar los líderes de opinión en las redes sociales y sus funciones dentro del grupo, y analizar los roles comunicativos que desempeñan los jóvenes en la comunicación social digital
    El liderazgo de opinión se define como el grado en que un individuo es capaz de influir informalmente en las actitudes y las conductas de otros en la manera deseada y con relativa frecuencia (Rogers y Kinkaid, 1981). Conocer los roles comunicativos de los jóvenes dentro de la red social (miembro puente, miembro cooperante, aislados o cosmopolitas) permitirá delimitar las funciones y la implicación de los jóvenes en las redes sociales además de tener una visión de la estructura comunicativa global.
  • La movilidad como sinónimo de espontaneidad, acción, inmediatez y conectividad
    La tecnología ha hecho posible que los jóvenes de hoy vivan interconectados con su grupo de iguales, superando las barreras tradicionales de tiempo y espacio. Las ventajas y posibilidades que la movilidad (relacionada con la telefonía de última generación) nos proporciona diariamente a todos parecen ilimitadas. Esta situación requiere de una «alfabetización» especializada que ayude a los jóvenes a extraer el máximo partido de estas tecnologías (cuyo ritmo de crecimiento resulta imparable).

Por lo tanto, el presente trabajo pretende profundizar y comprobar hasta qué punto los jóvenes pueden canalizar a través de las redes su conciencia crítica y su compromiso ciudadano para analizar qué posibilidades encierran las redes para cumplir con esta función. A partir de estos objetivos, la hipótesis principal que se establece es que las redes sociales, como nuevos espacios de sociabilidad, participación e intervención ciudadana, tanto online como offline, pueden promover o facilitar esa participación a partir de la formación y educación de los ciudadanos y, especialmente, de los jóvenes como sus principales usuarios en la actualidad.

CONCLUSIONES

A través de esta investigación con jóvenes de edades diferentes, y en diferentes etapas de sus vidas, hemos podido comprobar la difusión y el impacto que está teniendo la nueva comunicación social digital, en concreto, el uso de las redes sociales online entre adolescentes y jóvenes españoles. Este desarrollo ha sido en buena medida incentivado por las nuevas técnicas y dispositivos que permiten la movilidad y continuidad en el acceso a Internet. El uso de las redes por parte de los jóvenes se ha convertido en una característica integrada en sus estilos de vida y en constante evolución, al hilo del progreso que permiten las nuevas posibilidades tecnológicas.

Como actividad que surgió asociada fundamentalmente al tiempo de ocio, las motivaciones para participar en ellas son variadas, de la misma forma que lo son las percepciones actuales de los jóvenes acerca de sus posibilidades y modalidades de uso. Su inmediatez, facilidad de uso y bajo coste han permitido que cualquiera que sea la experiencia o acontecimiento vivido por el joven éste pueda compartirlo con su círculo más íntimo a través de las redes. Es más, están llevando incluso a que, en ocasiones, lo importante sea el hecho de compartir la experiencia en las redes, difundirla y darle notoriedad sin límites de espacio o tiempo, más que la propia vivencia. Los jóvenes están explorando y explotando las capacidades, potencialidades y límites de estas plataformas, adaptándolas a sus propias necesidades, configurando su uso a la medida de sus prioridades en cada momento, que van más allá del uso para el desarrollo de la sociabilidad.

1 Sobre la percepción de las redes sociales: fines distintos, distintas redes

El siguiente cuadro recoge de manera resumida las percepciones expresadas por los jóvenes en este estudio acerca de las ventajas e inconvenientes de la comunicación social digital en las redes sociales.

En función del objetivo o finalidad perseguida, los jóvenes optan por participar en una u otra plataforma de las redes sociales. Así, si se trata de entablar relaciones sociales Facebook y WhatsApp son las escogidas. Para estar informados, Twitter no parece tener actualmente competidor, especialmente para poner en marcha un «surfeo» a través de las tendencias de la información diaria. Para la participación en eventos, de nuevo Facebook aparece como favorita, pero si se trata de procesos de movilización se recurre a Twitter. Instagram les permite expresar su sensibilidad artística, el ego artístico de muchos de sus seguidores y, por último, YouTube se concibe como vinculada al entretenimiento y fuente de información muy variada (tutoriales). El fenómeno de los youtubers consolida la emergencia de nuevos estilos de liderazgo en las redes que se consolidan gracias al apoyo y seguimiento que reciben por parte de los usuarios más jóvenes.

Todo ello nos lleva a destacar, una vez más, la relevancia y el valor que está adquiriendo la comunicación social digital para los jóvenes, como medio que desempeña funciones muy variadas en sus vidas. En primer lugar, se trata de un canal que permite y propicia funciones socializadoras en los más jóvenes, como sentirse reconocido por los integrantes de su grupo de iguales y conocerse más (cómo soy valorado, cómo se me aprecia, qué percepción se tiene de mí) a través del reflejo de sí mismos que les devuelven las interacciones sociales que propician las redes; gratificaciones personales que se derivan del contacto con otros jóvenes como el disfrute, por ejemplo, de la amistad.

En segundo lugar, participar en determinadas redes sociales aumenta el grado de información adquirida sobre la realidad cotidiana. Permite realizar el seguimiento de la actualidad que ofrecen los medios generalistas pero también el rastreo de aquella actualidad alternativa cuya agenda se configura y prioriza en las redes. En este sentido, la información disponible en las redes les resulta de utilidad para poder desarrollar sus aficiones y hobbies, en especial aquellas relacionadas con la agenda cultural o deportiva, las tendencias musicales, cine o moda.

2 Sobre la actitud participativa y los motivos de movilización

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También es importante destacar que la comunicación social digital ha traído consigo todo un mundo de posibilidades en las que el papel del joven ya no sólo es el de un usuario pasivo, sino que le permite convertirse en productor activo de contenidos y generador de eventos. Wikis, blogs o videoblogs, son conceptos que forman parte de su cotidianidad.

La participación de los jóvenes en las redes sociales para cuestiones educativas o formativas, sin embargo, parece quedar reducido al uso puntual de Twitter, Facebook o WhatsApp y, básicamente, para intercambiar información sobre actividades académicas o extraescolares. En este sentido, las redes se convierten en un medio más para el intercambio de información. No obstante, aunque son conscientes del enorme potencial que encierran, los jóvenes opinan que no están siendo suficientemente utilizadas por el profesorado con fines educativos.

Información, formación, participación, intercambio podrían ser términos que definieran las posibilidades de la comunicación social digital. Pero desde hace relativamente poco tiempo y ante situaciones de injusticia, desigualdad o violencia que experimentamos los ciudadanos de cualquier país, las redes sociales y sus usuarios más jóvenes también desempeñan un papel protagonista. En este contexto, la comunicación social digital se ha convertido en un medio para la movilización, tanto online como offline. Los datos obtenidos en este estudio evidencian que los jóvenes son conscientes de las posibilidades que ofrecen las redes como herramientas para expandir y amplificar la información y mensajes de llamamiento a la participación ciudadana; son un importante medio para concienciar sobre un problema y para llegar a la mayoría. Su participación desde temprana edad en redes sociales como Twitter les ha permitido estar informados acerca de propuestas diversas de este tipo y se saben objetivo de especial interés para aquellos que organizan tales iniciativas.

Ahora bien, las razones que les llevan a movilizarse varían en función de la proximidad percibida del problema, de razones de tipo moral o personal, y del grado en que se identifican y se sienten parte del grupo afectado. También la capacidad de liderazgo y de persuasión de quienes llaman a la participación, consideran que resulta un dato fundamental a la hora de decidir implicarse en cursos de acción colectiva. La empatía con las causas sociales, la aspiración de intentar cambiar situaciones injustas y los consensos y disensos que se generan en las redes alrededor de los problemas, ofrecen, además de información, una vía para la participación y resolución conjunta de problemas sociales, para la suma de individualidades en la misma dirección.

Se trata, por lo demás, de una tendencia creciente del ciudadano digital que se muestra más favorable a este tipo de implicación. Los métodos tradicionales de participación política no convencional, como recoger firmas para una causa a pie de calle, por ejemplo, adquieren una nueva dimensión a través de las redes sociales, permitiendo en poco tiempo generar amplios apoyos a favor de las más diversas causas. Además, en estos momentos, no existe situación o hecho noticiable en los medios tradicionales que no recoja también el eco que este hecho ha tenido en las redes sociales. La actividad en redes como Twitter y Facebook se dispara en situaciones en las que la cercanía del problema y la sinrazón desencadenan la empatía y la solidaridad de los usuarios. Esta actividad se ha visto intensificada gracias a la movilidad propiciada por los propios dispositivos, que hemos adoptado y asumido casi sin darnos cuenta y que han dado un giro fundamental a la comunicación entre las personas, permitiendo además de la comunicación tú a tú propia de la interacción cara a cara, la difusión de la «conversación digital».

3 Sobre privacidad y seguridad

Por otra parte, la inmensa mayoría de los jóvenes empieza a tomar conciencia de la importancia de estos dos términos en el mundo digital: privacidad y seguridad. En este sentido, parece que desde los centros educativos existe cierto compromiso para que los menores, adolescentes y jóvenes, cada uno en su etapa educativa, reciba la formación suficiente respecto a todo aquello que en Internet está relacionado con ciertos riesgos asociados a la navegación.

No obstante, y precisamente por el rasgo de juventud que les une, existe una cierta contradicción entre lo que dicen que hacen y lo que deberían hacer. Si por un lado, manifiestan estar informados de las posibilidades que tienen para mantener cierta privacidad en el mundo digital, por otro priorizan el valor de compartir experiencias vitales cotidianas o excepcionales sin atender a las posibles consecuencias a corto o medio plazo que pudieran tener estos comportamientos virtuales. No hay que olvidar que las redes son portavoces de nuestros actos, de nuestra personalidad. Una red como Instagram, por ejemplo, no puede adoptarse con el propósito de mantenerla cerrada o privada. De hecho, uno de cada cuatro jóvenes considera que las redes sociales están precisamente para poder exponer las ideas a todo el mundo, sin fronteras ni limitaciones, sin preocupaciones por la privacidad ni la seguridad.

Sin embargo, sí les preocupa la «invasión de la privacidad» que perciben a través de la presencia de la publicidad en las redes. A este respecto, surge un interesante discurso sobre el «control» que ejercen las nuevas tecnologías sobre los usuarios y la conciencia de que «vives en un medio que te controla». Los jóvenes piden límites a la información que se solicita, ya que una cosa es lo que ellos desean publicar y compartir de manera voluntaria, y otra el análisis que se hace de la denominada «huella digital».

En este contexto de adaptación silenciosa pero progresiva a la movilidad propiciada por las nuevas tecnologías, los jóvenes opinan que quienes «vienen detrás» también van a estar mejor preparados para enfrentarse a ellas, a todo tipo de dispositivos móviles y tecnologías de uso relacionadas. En parte tienen razón, pero sólo en parte. Tener habilidades técnicas para el manejo de un dispositivo no significa ni va asociado necesariamente a un mayor desarrollo de las capacidades críticas para hacer un uso adecuado de sus potencialidades y contenidos.

4 Sobre la responsabilidad en la formación

La adquisición de este conocimiento por parte de los nativos digitales va ligada a un necesario proceso de aprendizaje que es responsabilidad de diferentes agentes y agencias de socialización, todos ellos implicados directa o indirectamente en procurar una educación de los jóvenes en proceso de formación. Y en este ámbito aún queda mucho camino por recorrer. Requiere la intervención a temprana edad de un profesorado formado en estas cuestiones, ya que se opina que se sigue formando a las nuevas generaciones para vivir en el siglo xxi con herramientas y metodologías propias del XIX. Los profesores o formadores, como agentes integrantes del sistema educativo, son percibidos por los jóvenes como «gente que está anclada en lo antiguo».

Conviene destacar también la importancia del papel de padres y madres en esta labor formadora. Si bien tradicionalmente se ha hablado de la «brecha digital», debido a la diferencia que separaba a éstos y a sus hijos en el conocimiento y dominio de las nuevas tecnologías, lo cierto es que, según los expertos entrevistados para este estudio, la formación y adaptación de los primeros al entorno digital está cambiando. En estos momentos los padres y las madres con hijos menores de edad están más inmersos y participan más de los nuevos desarrollos tecnológicos que aquellos que cuentan con hijos mayores y que tuvieron mayores problemas de adaptación.

Podría decirse que, aun resultando un tanto paradójico, la brecha se mantiene en la escuela pero se suaviza en casa. La brecha está cerrándose en tanto que, por un lado, los padres jóvenes comparten la pasión por la tecnología con sus hijos y, por otro lado, aquellos progenitores maduros, inicialmente «desbordados» en el nuevo mundo tecnológico, están inmersos en un proceso de resocialización y adaptación progresiva al ámbito digital. De hecho, según los resultados obtenidos en la encuesta realizada, la percepción de los jóvenes sobre el conocimiento que sus padres tienen de estas formas de comunicación tiende a ser bastante más positiva que en estudios realizados con anterioridad.

Por lo cual, es importante partir de la base de que los jóvenes disponen de habilidades tecnológicas inusuales para desenvolverse en el mundo digital, que pueden y deben compartir con sus padres, pero los adultos deben aportar a este conocimiento su experiencia vital. El mundo virtual debe concebirse como una prolongación del mundo real, con similares riesgos, oportunidades y posibilidades, y donde los jóvenes deben aprender que siguen vigentes los principios, valores y normas más básicas y elementales de convivencia y respeto mutuo entre las personas. Es labor de los adultos aportar estos conocimientos en el proceso de aprendizaje de los más jóvenes. Se trata de una educación indispensable que hará posible un mayor control en el uso y una participación activa, crítica, responsable y solidaria en las redes de la futura ciudadanía digital, tanto online como en la vida real.

 

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CRÉDITOS:
Monográfico “Cómo se comunican los jóvenes en un mundo digital”, editado por Ariel y Fundación Telefónica, en colaboración con Editorial Planeta, que no comparten necesariamente los contenidos expresados en el. Dichos contenidos son responsabilidad exclusiva de sus autores: María del Carmen García Galera, investigadora principal, Universidad Rey Juan Carlos; Cristóbal Fernández Muñoz, Universidad Complutense de Madrid; Mercedes del Hoyo Hurtado, Universidad Rey Juan Carlos; Jordi Manel Monferrer Tomás, UDIMA & Jesús del Olmo Barbero, Universidad Rey Juan Carlos.
El presente monográfico se publica bajo una licencia Creative Commons del tipo: Reconocimiento - Compartir Igual. Esta obra se puede descargar de forma libre y gratuita desde el sitio web de Fundación Telefónica. Primera edición: mayo de 2016. El presente documento que se publica en Eduteka es una adaptación de algunos apartes del documento original “Cómo se comunican los jóvenes en un mundo digital”. Las selecciones utilizadas en esta adaptación son exclusiva responsabilidad de Eduteka y no son avaladas por la Fundación Telefónica.

 

Publicación de este documento en EDUTEKA: Septiembre 7 de 2017.
Última modificación de este documento: Septiembre 7 de 2017.

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